lunes, 19 de octubre de 2009

El mejor homenaje

El partido comenzó accidentado, un robo de Anthony Lane a Woodward derivó en una bandeja de contraataque con falta del propio Woodward. Lane al caer se llevó puesto al árbitro Guzmán, golpeándolo en la rodilla, quien no obstante pudo seguir arbitrando.
Central tuvo un primer cuarto de novela. Picó en punta con un parcial 0-6 pero rápidamente reaccionó el local contestando con un parcial 7-0. Desde allí fue todo de Central que aprovechó un tremendo Fernando Funes (14 pts en el primer cuarto) y el nerviosismo general de Peñarol.
Cuando Sergio Hernández vislumbró que su equipo perdió el rumbo (8-12) pidió minuto y trato de enderezar la defensa. Los arengó y enojado, golpeó fuerte la pizarra contra el piso. Su equipo estaba a la deriva y siguió sin capacidad de reacción. Apenas convirtió dos puntos en los últimos 7 minutos del primer cuarto.
Esos primeros 10 minutos podrían haberle costado el triunfo, posiblemente se registre como los peores 10 minutos de la era Sergio Hernández. Peñarol era un dibujo en la cancha apabullado por un rival que hacía y deshacía a su antojo. Leo Gutiérrez perdió la compostura y le sancionaron un técnico, cuando su equipo tenía la pelota en ataque. El técnico movió el banco, Marcos Mata fue en persecución de Funes pero nada cambió.
Burgos y Cabello dominaban la zona pintada, el equipo corría y con 8/13 en dobles y 2/2 en triples Central abrió una brecha enorme de 19 puntos al final del cuarto inicial (10-29). La idea táctica de Central fue simple, tuvo capacidad y persistencia para profundizar el ataque, cortar siempre hacia el aro y buscar descargas. Cuando la defensa de Peñarol se hundió provocó que cometiera muchas faltas (8 a 3 el 1er cuarto en faltas). Tan grande fue la distancia, tan diferentes fue lo que dio uno y otro en cancha que en valoración, en el primer cuarto, Central lo ganó 40 a -3.
El entrenador Eduardo Cadillac cambió su pareja de internos y puso a los dos foráneos Fadipe y Cutley que cerraron su canasto transformándolo en inexpugnable. El segundo parcial abrió con un triple de Funes. La distancia tomó la máxima de 21 puntos (11-32).
Desde la mitad del primer cuarto el partido se había puesto caliente con las protestas de la gente y los jugadores de Peñarol, que hablaban más de lo que jugaban. Desde el técnico a Leo Gutiérrez en adelante la situación fue cambiando.
Sergio Hernández, metió su quinteto defensivo con Mata y Vega en la mitad de la cancha, Campazzo de base más Diez y Reinick. El partido se hizo de rompe y raja y finalmente los árbitros cayeron en su propia trampa: no sabían que cobrar. Nerviosos, pitaron diferente y el partido se desvirtuó.
Una vez que Central se quedó sin gol, retornó Tato Rodríguez al campo y enseguida metió un triple (19-36). La distancia comenzó a achicarse lentamente. Funes se sentó a descansar después de un primer cuarto brillante (14 pts y 16 de valoración). El partido se cayó en la pelea, en la lucha, en la defensa aguerrida y la distancia se hizo de 13 (27-40). El pibe Pirovani le daba minutos de descanso a Cristián Cadillac (no jugó Gastón Torre) pero Central perdió definitivamente la línea.
Peñarol era un cúmulo de nerviosismo y ansiedad. Martín Leiva le contestó a los hinchas que lo insultaban, Leo intervino, Sergio Hernández desaprobaba la actitud meneando la cabeza y todo estaba cuesta arriba. Peñarol se fue al vestuario perdiendo 34-47 en el entretiempo envuelto en un mar de problemas.
Al regreso Central apostó por los mismos iniciales pero Peñarol tuvo cambios, lo puso a Campazzo, Vega y Reinick (Leiva no jugó en todo el segundo tiempo). Solo quedaron Woodward y Leo. Con triples de Campazzo, Gutiérrez más un robo y bandeja de Vega, la distancia se recortó a 8 (42-50)
Peñarol ya era otro, la charla en el entretiempo debe haber sido dura, pero el equipo cambió. Cadillac cambió a su pareja de internos y volvió a mandar a los foráneos en dupla, pero Central ya no era el mismo. Había perdido orden y no podía correr después del rebote.
A falta de 6:00 Brian Woodward sufrió un golpe en la ceja que le abrió una herida, lo que provocó que tenga que salir para ser atendido. Por entonces, Sergio Hernández disponía siempre de una formación alta con Mata y Vega en la función del 2-3 y Campazzo o Tato relevándose como bases (no jugó Legaria).
Con la salida de Woodward y con Peñarol perdiendo por 5 (50-55) por primera vez se juntó la dupla Rodríguez - Campazzo para darle más juego a su equipo y justamente un doble más falta de Tato, junto a una sanción técnica que le bajaron al Tola Cadillac trajo la paridad por primera vez en el juego (55-55). El tercer cuarto cerró con Central ganando 57-60.
El último cuarto comenzó con un doble y falta de Leo Gutiérrez (60-60). Desde allí Peñarol comenzó a dominar el tanteador. Woodward se fue al vestuario para evitar que siga sangrando el corte. Con un doble de contraataque Peñarol sacó 6 (70-64). El Tola Cadillac pide minuto y los árbitros le sancionaron un técnico al banco de suplentes de Central.
A esta altura el partido esta desvirtuado por completo. El entrenador y varios jugadores de la visita no mantenían la concentración en el juego sino en las protestas contra los árbitros, muchas de ellas razonables, pero se fueron mentalmente del partido y Peñarol supo aprovecharlo, jugando como podía, al menos lo aprovechó.
Tato erró los dos libres del técnico y un doble de Burgos y otro de Funes puso el partido 72-68 a falta de 3.00.
Cuando restaban 1:45, el único jugador que le dio gol a Peñarol clavó un triple ganador. Tato Rodríguez abierto a 45º no dudó y metió el 75-69 que iba cerrando las ilusiones de la visita. En un partido altamente especial para el capitán del equipo, Tato giró con bronca y besó la camiseta en todo un gesto.
Un triple de Lane (75-73) le dio vida a Central y a falta de 15 segundos lo detienen a Campazzo para que vaya a la línea de libres. El base juvenil metió el primero (76-73) y erró el segundo. El rebote ofensivo lo tomó Leo Gutiérrez y desde la línea Wodward puso el 77-73. Otro triple más de central achicó a uno (77-76) pero sin tiempo en el reloj le cometieron falta a Pablo Sebastián Rodríguez y como si la noche tuviera un acto especial reservado para estas ocasiones le dejó con el partido finalizado, solo en la línea, con dos libres. Tato decoró el resultado con un libre más (78-76) pero acaso poco importaba.
Cuando Central revea el partido que perdió no lo podrá creer. Se dejó atropellar, perdió el rumbo y se fue en protestas. Los árbitros dirigieron mal, pero Peñarol tuvo la virtud de tener un par de jugadores más enfocados, caso Woodward, Leo Gutiérrez y especialmente Tato Rodríguez, justo en una noche especial, muy diferentes entre todas las noches que jugó para su Peñarol.

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1 comentario:

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